En el tiempo de la luz

Benjamin Alire Sáenz

Book - 2005

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Subjects
Genres
Fiction
Published
New York : Rayo 2005.
Language
Spanish
Main Author
Benjamin Alire Sáenz (-)
Other Authors
Julio Paredes Castro (-)
Edition
1a. ed. Rayo
Item Description
Translation: In perfect light ; published by HarperCollins, c2005.
"Una novela"
Physical Description
352 p. ; 21 cm
ISBN
9780060779221
Contents unavailable.

En el Tiempo de la Luz Una Novela Capítulo Uno Luz y la Tristeza de los Sueños Bajo la luz, parecen la salvación misma. El pelo de su hijo, fino como hebras de seda, sus ojos claros como el agua. El rostro de su esposo es perfecto como un torrente de luz. Están felices, jugando, riéndose, conversando. El sueño es siempre el mismo. Ella siempre está sola, apartada, una observadora exilada de sus movimientos. Se despierta, siempre, cuando escucha que los dos dicen su nombre. Permanece inmóvil en la oscuridad y controla la respiración, tratando de calmarse. Puede oler el sudor limpio de los dos llenando el aire, dulce como la lluvia de verano. Pasa la mano sobre las sábanas frescas y espera a que los latidos de su corazón se hagan más lentos. Piensa en Mister. Él fue siempre más tuyo que mío , Sam. Piensa en la última visita, cómo los dos se separaron furiosos. Aún puede saborear la furia detrás de la lengua, como si las palabras que ella pronunció fueran tan sólidas como un trozo de fruta amarga. Se sienta lentamente y apoya los pies sobre el frío piso de madera. Camina hacia las puertas de vidrio y las abre. Respira hondo el aire del desierto. Mister y yo, Sam, hemos perdido nuestro rumbo. Sam. Tantos años que llevaba muerto. Y todavía ella se despertaba pronunciando su nombre. Una parte de ella esperaba a que él le contestara. Donde lo Encontraron Te golpearía por el más simple motivo. Eso es lo que él expresaba con la mirada. La luz del poste de la calle y la ciudad vacía lo hacían sentir como si se encontrara en una obra de teatro. A excepción de Dave, ninguno había venido a verlo. "¿Por qué me has sacado?" Mantenía la cabeza agachada, el pelo negro cayéndole sobre los ojos. "Llamaste! Yo vine." "No debí haber llamado." "Podría hacer que te encerraran de nuevo, Andrés." "Y qué carajos. Hazlo." "¿Dónde aprendiste a ser tan jodidamente desagradecido?" Andrés estuvo a punto de reírse. "Lo siento, se me acaba de terminar la gratitud." "Odiarme es parte de todo el asunto, ¿no es así?" Dave era como todos los demás. Anhelaba ser amado. Quería que lo amaran. Andrés por poco se rió en voz alta. Cerró los ojos, después los volvió a abrir. La cara empezaba a palpitarle una vez más, y supo que las contusiones se le volverían negras y azules. Un mulato volviéndose azul. Como un camaleón. Ja, ja. Ja de mierda, Dios, agotado, todo lo que deseaba era echarse a dormir, estar en la cama, soñando con paloverdes en flor, los retoños amarillos estallando en el cielo azul como fuegos artificiales. Deseaba soñar con unas manos suaves masajeándole la piel. Se imaginó a sí mismo derritiéndose bajo esas manos, como mantequilla o helado o cualquier otra cosa que no fuera humana. Deseaba cerrar los ojos y encontrarse en cualquier otra parte, Toronto Madrid París . Odiaba todo esto, su vida, los días que vivía, la noches en las que no podía dormir, los arrestos, la policía, las preguntas que le lanzaban, las llamadas a un abogado que amaba y odiaba y necesitaba y odiaba y Dios, y sobre todo no quería sentirse asi, sentir esta cosa, como el tic-tic de una bomba, como el clic de un arma a punto de disparar una bala. Como un dolor crónico que formaba ya tanto parte de su vida que él casi había dejado de llamarlo dolor. Tal vez era vergüenza, esto que sentía. Hasta cierto punto, debió haber sido eso. Seguro. Pero eran otras cosas, también. Lo sabía. Y justo entonces se odió a sí mismo por haber llamado a Dave a las tres y media de la mañana. Llama a cualquier hora. Eso era lo que él le había dicho. Y por eso llamó. Y entonces ahí estaba, parado frente a él como cualquier maldito ángel invocado por una plegaria desesperada. "Pienso que deberíamos llevarte donde un médico." "Lo único que está abierto son las salas de urgencias . . ." "Vamos. Haremos que te examinen." "No hay nada roto." No supo por qué dijo eso. No era cierto. Encendió un cigarrillo. "Por lo menos podías ofrecerme uno de esos." Andrés le lanzó el paquete de cigarrillos. Observó a Dave mientras encendía uno. Las manos manicuradas, no eran las manos de un obrero; sin embargo, tenía una manera propia de ser un hombre. No un obrero, sino otra clase de hombre. Tenía algo, Dave. Seguro. Cualquiera podía darse cuenta. Dave lo miró fijamente y sacudió la cabeza. "Dios, tienes un aspecto terrible. ¿Qué fue lo que le hicieron a tu hermosa cara?" Lo dijo de una manera tan natural. Hermosa cara. Podía habérselo dicho tanto a un hombre como a una mujer, y el hombre y la mujer hubieran levantado la mirada en agradecimiento. Pues lo dijo como si se tratara del primer ser humano que lo hubiera notado. Quizás esa era la razón por la que tanta gente confiaba en él, porque tenía algo en la voz, porque se expresaba bien y había aprendido a modular su conversación-apenas lo justo-y de alguna manera, con esa voz serena y controlada, se las arreglaba para reorganizar el caos del mundo de tal modo que lo hacía aparecer como si en realidad existiera un plan. Sí, todo el jodido mundo confiaba en él porque tenía un aspecto agradable a la vista y porque era gringo, y eso aún tenía importancia a pesar de lo que cualquiera dijera o deseara creer, todo el jodido mundo. Finalmente, decidió mirar a Dave. ¿Por qué no levantar la cabeza? "No estaba tan borracho como ellos dicen." "Le dijiste al oficial que lo matarías si te tocaba." No recordaba eso. Algunas veces, cuando la rabia se instalaba, no podía recordar. Como lagunas alcohólicas. Sacudió la cabeza. Pero podía haber sido cierto. "No me gusta que la gente que no conozco me toque. ¿Eso me hace un tipo raro?" "El policía dijo que estabas llorando, que no podías parar de llorar." Se detuvo. Esperó. Como si su afirmación fuera en realidad una pregunta. En el Tiempo de la Luz Una Novela . Copyright © by Benjamin Saenz. Reprinted by permission of HarperCollins Publishers, Inc. All rights reserved. Available now wherever books are sold. Excerpted from En el Tiempo de la Luz: Una Novela by Benjamin Alire Sáenz All rights reserved by the original copyright owners. Excerpts are provided for display purposes only and may not be reproduced, reprinted or distributed without the written permission of the publisher.